Un breve resumen de la enfermedad inflamatoria intestinal
La enfermedad de Crohn y la Colitis Ulcerosa son dos tipos distintos de enfermedad intestinal inflamatoria. Son enfermedades crónicas, caracterizadas por inflamaciones en el intestino. La colitis ulcerosa afecta con mayor frecuencia al intestino grueso, mientras que la enfermedad de Crohn puede afectar el sistema alimentario desde la boca hasta el ano y puede afectar a más de un área a la vez. Las inflamaciones en los intestinos pueden provocar heces con sangre, malabsorción y diarrea, lo que puede provocar anemia y una sensación general de incomodidad.
La causa de estas enfermedades no está completamente clara, sin embargo, se cree que son causadas por un proceso involuntario del sistema inmune, donde las células reaccionan a algo extraño en el cuerpo, como un microorganismo o secretan anticuerpos que se dirigen erróneamente la membrana mucosa en los intestinos, lo que resulta en inflamación.
Tratamiento recomendado actual
Hoy en día, las enfermedades inflamatorias en los intestinos se tratan con medicamentos inmunosupresores, como corticosteroides y supresores del TNF-alfa. El TNF-alfa es una proteína que se produce durante la inflamación y promueve la inflamación, por lo que el supresor reduce los síntomas y restringe la propagación de la inflamación. Sin embargo, numerosos pacientes responden mal a este tratamiento y sufren efectos secundarios, como infección, osteoporosis y vómitos. En hasta un 40% de los casos, los supresores de TNF-alfa son ineficaces y, por lo tanto, los nuevos puntos de ataque medicinales son de gran interés.
Nuevo punto de ataque medicinal
Un estudio publicado en mayo de 2017 investigó los efectos de la citosina Oncostatin M (OSM), que es una pequeña proteína en el sistema inmune que ayuda a regular la inflamación. Sin embargo, también está involucrado en otros procesos, así como en el mantenimiento de tejido sano en el hígado y el corazón. La sobreproducción de OSM se ha relacionado con varias enfermedades, como la arteriosclerosis, la inflamación de la piel y los pulmones, la artritis reumatoide y varios tipos de cáncer.
Estudios previos han sugerido que la supresión de las citocinas es el punto de ataque en pacientes con enfermedades inflamatorias en el intestino, que no responden a los supresores del TNF-alfa, pero estos estudios no han podido encontrar la citoquina ni el medicamento correctos con el efecto deseado. Sin embargo, el nuevo estudio pudo demostrar que los pacientes con enfermedades inflamatorias en el intestino tienen un mayor nivel de OSM en la sangre. El estudio también encontró que los pacientes con los niveles más altos de OSM, respondieron más pobres a los supresores de TNF-alfa. Esta conexión los llevó a desarrollar medicamentos capaces de bloquear esta citocina. Los supresores de OSM se probaron en ratones con enfermedades inflamatorias del intestino y se comprobó que reducen la inflamación.
Por lo tanto, los científicos creen que podemos medir los niveles de OSM en la sangre y, sobre esa base, juzgar si los supresores de TNF-alfa o los supresores de OSM tendrían un mayor efecto sobre el paciente, disminuyendo los síntomas y reduciendo la propagación de la inflamación más rápidamente.
