¿Qué es el síndrome de las piernas inquietas?
El síndrome de las piernas inquietas es una enfermedad con tensión muscular en las piernas que causa la necesidad incontrolable de moverlas. Es una enfermedad con una sensación extraña y desagradable en las piernas, así como una necesidad irresistible de moverlas constantemente cuando se está descansando. La enfermedad se suele aliviar con un paseo y, aunque puede que no parezca muy incapacitante, debe tomarse en serio. El síndrome de las piernas inquietas puede provocar insomnio, lo que puede limitar el funcionamiento y bienestar.
¿Cuáles son los síntomas del síndrome de las piernas inquietas?
Los pacientes con el síndrome describen la sensación de las piernas como:
- Dolor
- Ardor
- Reptación
- Picor
- Hormigueo
- Una sensación de descarga eléctrica
Algunas personas también sienten estos síntomas en los brazos.
En la mayoría de los casos, los síntomas ocurren al tumbarse en la cama por la noche, pero algunas personas los tienen más con el descanso normal durante el día. Los síntomas suelen agravarse a última hora de la tarde y por la noche, y se suelen aliviar brevemente por la mañana. Por este motivo los pacientes se pueden despertar durante la noche, lo que dificulta que duerman bien y mucho. La situación suele agravarse más, ya que muchos pacientes con el síndrome de las piernas inquietas también sufren el síndrome de movimientos periódicos de las piernas (PLMD, por sus siglas en inglés), que son movimientos periódicos de las extremidades cada 10-60 segundos, en la mayoría de los casos durante el sueño.
Un sueño irregular e insuficiente puede afectar a la capacidad del paciente para aprender, trabajar, concentrarse y realizar tareas y actividades diarias normales. Una falta de sueño puede provocar con el tiempo cambios de humor, irritabilidad, depresión, un sistema inmunológico debilitado y otros problemas físicos y relacionados con la salud.
¿Cuáles son las causas del síndrome de las piernas inquietas?
Se cree que la enfermedad se debe a una mala circulación sanguínea, factores hereditarios u otras enfermedades o efectos secundarios de distintos fármacos psicoterapéuticos. Esto puede deberse, entre otras cosas, a falta de hierro, una baja función renal o a un embarazo. La enfermedad es más común en mujeres que en hombres y la frecuencia aumenta considerablemente con la edad, por lo que casi la mitad de la población mayor de 60 años sufre los síntomas del síndrome de las piernas inquietas en mayor o menor medida.
Hay dos tipos de síndrome de las piernas inquietas y no se conocen las causas del tipo primario. Este tipo suele ocurrir antes de los 45 años, tiene tendencias que señalan a la genética y los síntomas también se mantienen de por vida con un deterioro continuo con el tiempo.
El síndrome de las piernas inquietas secundario se debe a otra enfermedad y suele comenzar después del síndrome de las piernas inquietas primario. No parece que sea hereditario y los síntomas ocurren a menudo de forma más repentina y normalmente no empeoran con el tiempo. Algunas de las enfermedades que pueden provocar el síndrome de las piernas inquietas son la diabetes, la falta de hierro, la insuficiencia renal y la enfermedad de Parkinson. Mientras que el síndrome de las piernas inquietas primario no se puede curar, el síndrome de las piernas inquietas secundario suele mejorar en cuanto se trata el factor/enfermedad desencadenante.
¿Cuáles son los tratamientos para el síndrome de las piernas inquietas?
La enfermedad no se puede curar, pero puede ser posible aliviar los síntomas con analgésicos, ejercicios de estiramiento, masajes en las piernas, así como técnicas de relajación, como el yoga. Parece que el ejercicio moderado puede ayudar, mientras que un entrenamiento excesivo puede empeorar la enfermedad. También puede ser conveniente evitar la cafeína, el tabaco y el alcohol. Si los anteriores tratamientos no son eficaces, hay distintos fármacos que el médico puede recetar, como fármacos dopaminérgicos, que también se usan para tratar la enfermedad de Parkinson. Como se comentó, el síndrome de las piernas inquietas secundario se puede tratar abordando primero los factores causantes.
