¿Qué es la fiebre del heno?
La fiebre del heno o la rinoconjuntivitis alérgica, que es la descripción médica de la enfermedad, es una afección que afecta las vías respiratorias superiores. La alergia es una enfermedad en la que el sistema inmunitario del cuerpo reacciona de forma exagerada cuando se expone a una sustancia inofensiva (alérgenos). En circunstancias normales, el sistema inmunitario reacciona cuando el cuerpo está infectado con un virus o bacteria patógena (dañina). Sin embargo, las alergias son errores en el sistema inmune, y el cuerpo cree que la sustancia inofensiva es peligrosa y, por lo tanto, intenta deshacerse de ella.
La fiebre del heno se puede dividir en rinitis estacional y crónica. La enfermedad puede ocurrir simultáneamente con asma, eccema e infección sinusal.
¿Cuales son los síntomas?
Los síntomas de la fiebre del heno aparecen cuando se expone al alérgeno que el sistema inmunológico percibe como dañino. La respuesta inmune da como resultado síntomas tales como:
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Picazón en la nariz
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Nariz congestionada
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Infecciones sinusales frecuentes
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Estornudando
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Nariz que moquea
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Oídos tapados
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Picazón, ojos rojos y llorosos
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Cansancio
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Picazón general
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Una sensación de presión en la cabeza
¿Cuáles son las causas de la fiebre del heno?
La fiebre del heno es una reacción alérgica, causada por una reacción exagerada del sistema inmunológico a un alérgeno inofensivo. Estos alérgenos pueden ser polen de hierbas (heno), árboles, malezas, ácaros del polvo, esporas de hongos transportadas por el aire y / o animales con pelo. Hay muchas razones por las cuales uno desarrolla fiebre del heno; hay un componente genético y puede ser causado por el hecho de que los padres fumen o contaminen el aire. Por lo tanto, el riesgo de desarrollar alergias aumenta si los padres y hermanos tienen la enfermedad.
El sistema inmune es sensible, porque el primer contacto con el alérgeno provocó que el sistema inmunológico produzca anticuerpos IgE específicos para el alérgeno. Si el cuerpo está nuevamente expuesto al alergeno, estos anticuerpos se unen al alérgeno y activan las células inflamatorias que intentarán eliminar el alérgeno. El cuerpo intentará eliminar el alérgeno, por ejemplo, liberando histamina o estimulando el reflejo del estornudo, expulsando el alérgeno de las vías respiratorias.
¿Cuándo estara mi alergia en su peor momento?
Dependiendo del alérgeno al que sea susceptible, sus síntomas se manifestarán en ciertas temporadas. Si es alérgico al polen de avellano, aliso o olmo, debe tener precaución durante la primavera. La alergia al polen de hierba es peor durante el período de verano y la artemisa / ajenjo es peor a finales de verano. Algunos días pueden ser peores que otros. Esto es, entre otras cosas, porque los recuentos de polen varían día a día. Los días con alta temperatura y cielos despejados, a menudo tienen una cuenta más alta que los días fríos y húmedos. Puede encontrar un pronóstico diario de polen en https://www.metoffice.gov.uk/public/weather/pollen-forecast/.
¿Cómo se diagnostica la fiebre del heno?
En primer lugar, el médico, según sus síntomas, podría pensar que usted sufre de una alergia. El tipo de alergia que padece puede determinarse mediante una prueba determinada, llamada prueba de raspado. Durante la prueba de raspado, la piel está expuesta a diferentes alérgenos. Si es alérgico a uno o más de estos alérgenos, el área afectada se pondrá roja, se hinchará y comenzará a picar.
¿Cuáles son las opciones de tratamiento para la fiebre del heno?
Si es posible, evite el contacto con el alérgeno que desencadena una reacción alérgica. Además, existen diferentes tipos de medicamentos que alivian los síntomas de la fiebre del heno. Estos incluyen antihistamínicos, que están disponibles en tabletas, aerosol nasal o gotas para los ojos. En casos severos, puede ser necesario administrar corticosteroides, ya sea en tabletas o en aerosol nasal. Sin embargo, debido a los efectos secundarios más severos de los corticosteroides, este curso de tratamiento se evita cuando sea posible.
Además, las alergias específicas se pueden curar mediante hiposensibilización. Este tratamiento requiere que reciba inyecciones debajo de la piel, que contengan pequeñas cantidades del alérgeno, pero con una dosis que aumente gradualmente durante 8 a 15 semanas, seguida de terapia de mantenimiento cada dos meses durante 3 a 5 años. Esto permite que el sistema inmune se acostumbre al alérgeno y establezca una tolerancia a la presencia de alérgenos. Por lo tanto, el sistema inmune deja de reaccionar al alérgeno y los síntomas desaparecen.
